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Laicismo nuestro que te van olvidando

La razón y los credos nunca se llevaron muy bien, más bien se llevaron a las patadas.  El laicismo afecta la tensión nerviosa de los sacerdotes, aunque no debería.
Me contaba una señora que por los años 60 en España los curas miraban mal a los que leían la Biblia y la tenían que esconder entre las ropas.educación-laica
Ahora apareció un obispo uruguayo, devenido en psiquiatra o algo similar con un nuevo encare de una teoría al respecto de que el laicismo ha sido negativo en Uruguay e incidió en suicidios. El que quiera formarse una opinión clara sobre el teme en general le recomiendo “La Gesta del Marrano” del Dr. Aguinis un distinguido médico argentino de ascendencia judía, que estudia el tema desde el lado argentino y la prohibición por parte de la inquisición de practicar la medicina a los judíos y mirar mal e inclusive enjuiciar a los que tenían muchos libros.

El libro siempre fue mal visto, por cierto.

«El laicismo ha sido negativo en Uruguay» e incidió en sucidios, dice obispo. Leer en http://bit.ly/1IUQnHZ

“Una cosa es la laicidad y otra el laicismo que quiere erradicar toda manifestación religiosa”, dijo el obispo auxiliar de Montevideo, Milton Tróccoli

El texto de una entrevista con monseñor Milton Tróccoli, obispo auxiliar de Montevideo, sobre la Semana Santa, publicada el 2 de abril de 2015 por el diario El Observador:

“Cuando miramos el número de suicidios adolescentes, de los más altos de América Latina es una sociedad que ha perdido esa raíz trascendente que le da sentido a la vida.
Eso es fruto de un laicismo que ha tratado de erradicar lo religioso de la cultura y de la persona”, dijo el obispo auxiliar de la capital.
También fue consultado por el mensaje que el domingo de Ramos el cardenal Daniel Sturla dio, pidiéndoles a los católicos que “despierten”.

Comentó un lector de la entrevista por internet: “No, Sr. Obispo, el laicismo fue (y es) muy positivo para el Uruguay, para su iglesia y para los uruguayos. El laicismo así como lo concibe, se llama de otro modo, y hay muchos curas que son compañeros de ruta de esa corriente.
¿O aún no se dio cuenta?
La causa (o las causas) de los suicidios y otros males debe buscarlos en otro lugar, empezando por su “casa”.

Comentó otro lector del artículo en internet: “Este cura dogmático no va a llegar Cardenal ni a Chingolo, pobreza intelectual, que nace y muere con su pobre intelecto”.

El    Prof. Dr. Luis Villemur Triay, que supo ser Presidente de la Alianza por la Educación Laica (A.P.E.L.) y el 24 de mayo de 1972 escribió y publicó el documento que transcribo a continuación:
¿Por qué LAICIDAD y no LAICISMO? y ¿por qué EDUCACIÓN y no ENSEÑANZA?

En lo que se refiere a sustituir Enseñanza por Educación para el caso especial del tema que nos ocupa, la razón es muy simple.
Preferimos Educación porque la Enseñanza es sólo una parte de la Educación. Esta es más integral y consideramos que la Laicidad debe mantenerse presente y vigente en todo el quehacer educativo que se vierte desde el niño más pequeño hasta el adulto. En el primero y en el joven adolescente con el objeto de no dogmatizarlos y deformarlos, y en los adultos para no molestar o contrariar sus convicciones.
Y ahora vamos a ocuparnos de algunas definiciones con el objeto de poner en su justo punto el tema. En general y en medios no especializados en asuntos de educación y de enseñanza, existe cierta confusión con respecto al significado y alcance de muchos de los términos que es necesario utilizar cuando nos ocupamos de la Laicidad.

Y voy a apoyarme en mi argumentación en un trabajo titulado “¿Qué es Laicidad”?, .redactado en Mayo de 1959 por un estudioso y erudito en asuntos de Laicidad, nuestro compatriota Néstor Píriz, fallecido el 4 de Noviembre de 1966; en conceptos de Albert Bayet, publicados en 1958 en su libro “La Laicité XXéme. Siécle”, así como en el resultado de mi propia experiencia como educador laico en los liceos e institutos de Enseñanza. Secundaria y Preparatoria.

LAICO: Esta palabra nos llega desde muy antigua data. Deriva del latín “Laicus” y del griego “Laikos”. Significa pueblo en su sinónimo de “profano”, del pueblo, lo que pertenece al pueblo. En el Siglo III la Iglesia Católica dividió a sus prosélitos en dos grupos:
Laicos y Clérigos. Desdé entonces se les llama Laicos a los fieles de la religión Católica que, aunque cumplan con algunas funciones, no son iniciados en los misterios religiosos, ni en la administración de los intereses sagrados, ni en la dirección del ritual religioso. En cambio los Clérigos son los Sacerdotes Ordenados.

LAICISTA:   es la palabra a utilizar cuando queremos dar este último contenido a nuestras expresiones; pues aunque Laico usado como adjetivo califica por generalización y costumbre a toda ceremonia, acto o institución donde no se enseñan dogmas y en los que no se hace proselitismo sectario de ningún tipo, así como a todo lo no santificado por la Iglesia, la verdadera denominación a utilizar es Laicista. Un ejemplo común nos marcará esta diferencia: Vemos muchas veces publicados en la prensa anuncios de la Iglesia Católica acerca de reuniones, congresos u obligaciones de “Los Laicos”. Pero nunca se verá que se refiera a reuniones u obligaciones de “Los Laicistas”.
LAICISMO: Es la doctrina o movimiento en el que intervienen los “Laicistas” y que procura independizar todos los servicios públicos y en especial los educativos, de toda influencia dogmática.

El “Laicismo” no quiere servicios públicos en los que se realice discriminación por la causa que fuere entre los distintos ciudadanos, y por lo tanto la “Laicización” de esos servicios al igualar los derechos de todos los ciudadanos cualesquiera fueren sus ideas políticas, religiosas o filosóficas, es la base del estado democrático.
Por lo tanto la palabra “Laicismo” nos está indicando la lucha de los “Laicistas” para obtener los resultados que termino de mencionar. Cuando el resultado de esa lucha es exitoso se obtiene la “Laicización”, y la situación de paz en que se vive mientras esa laicización perdure se denomina “LAICIDAD”.

LAICIDAD: La Laicidad en la Educación es una creación eminentemente francesa, inmediata a la Revolución de 1789. Su creador teórico fue Condorcet (Comisión de Instrucción Pública, 20 y 21 de Abril 1792). Para abreviar digamos que Félix Pécaut fue el fundamentador pedagógico de la “Laicidad”, pero no la concibió con la amplitud que le damos en nuestros días, concibiéndola sólo como antidogmática religiosa. Y es justamente recordando esta concepción limitada de la “Laicidad” que, por costumbre arrastrada por el tiempo, se ha mirado y se mira actualmente por muchos a la “Laicidad” sólo como la Anti religión. En el concepto moderno Néstor Píriz la define “Como la condición naturalmente surgida en el “medio laicista” (el pensamiento, la moral, el método propio de ese medio o clase) medio popular, – heterogéneo en sus credos y opiniones, pero que debe vivir en armonía, en el respeto recíproco de las diversas opiniones, buscando cada parcialidad por su lado, en el intercambio fecundo, el perfeccionamiento para la mayor felicidad humana”. “Si la Laicidad desaparece o amenaza perderse, aparecen de inmediato los totalitarismos, los sectarismos y los dogmatismos”. “Podemos decir también que la Laicidad es un aspecto del Derecho Natural, es nuestro derecho a no ser esclavizados por dogmas; es nuestro derecho a ser respetados en la libre formación de la personalidad, y en la libre expresión del pensamiento, y también es nuestra obligación de respetar idéntico derecho en los semejantes”. “La Laicidad es un método de educación y de enseñanza, y es también un método de relación humana, de intercom- prensión social y comunicación de las ideas fundamentado en la conducta adogmática y asectaria de cada hombre”. “No es una filosofía más, es una actitud positiva y progresista”. “Es un movimiento de pro”. “No le preocupa la existencia de dogmas, pero no reconoce el derecho a dogmatizar”. “No le interesa que existan sectas, pero no reconoce el derecho a sectarizar”. “Frente a la posición de las sociedades sectarias que sostienen, que en la disciplina del pensamiento y en la unidad absoluta de un credo reside la grandeza de la nación, la Laicidad sostiene que el perfeccionamiento humano, así como la investigación de la Verdad, nunca son definitivos”. “El ideal de la Laicidad consiste en la diversidad de opiniones, y en la tolerancia de la oposición”. “Dicen las sociedades sectarias: tu piensas como yo, eres mi hermano; tu no piensas como yo, eres mi enemigo”. “Dice la Laicidad: tú piensas como yo, eres mi hermano; tú no piensas como yo, doblemente eres mi hermano, juntos, en la diversidad de opiniones continuaremos buscando el camino de la verdad, y así iremos per-feccionando la vida”. “Por lo tanto Laicidad es armonía en la diversidad. ..” . .Yo no impongo, expongo, propongo…” (Néstor Píriz).

Al respecto nos dice Albert Bayet (Laicité XXéme. Siécle (1958); “Ha llegado la hora de no mirar más la diversidad de las ideas como un mal que hay que combatir, o un semi mal que hay que tolerar soportándolo a regañadientes. Es necesario ver en ella un bien que debemos desear todos porque es “una riqueza común”. “Convencido de estos conceptos, los Laicistas podemos tender la mano tanto a los fieles de todas las religiones, como a los que sostienen las diversas corriente de opinión”. “A los que afirman como a los que dudan, a los que saben como a los que investigan, .. .es decir a todos los que piensan”…. “La concepción sociológica de la verdad que dice: “Nada de lo que es humano me es extraño”, nos invita a ver en los aspectos más opuestos del pensamiento una riqueza humana, y nos abre una vía no a una uniformidad que en el fondo nadie desea, sino a una comunidad de esperanzas, de reciprocidades y de confianza”. “El mundo oscila entre la idea de un bien, en el que apenas se atreve a soñar, y la idea de una catástrofe de la cual apenas osa medir el horror”. “El destino de la especie humana depende de la elección que se haga entre las rutas de muerte y las rutas de vida… La rueda de la Historia duda… Proclamemos el deber de todo ser que piensa de dar sin limitaciones todo lo que haya de mejor en sí mismo para que se cierren las rutas de muerte y se abran las rutas de vida”. “No se debe perder de vista el sentimiento de la misión a cumplir, que es la de que, en la lucha por la libertad, no separar el propio destino del de los demás hombres, y la de emprender contra el odio la ba-talla del amor”. “En un mundo lleno de contradicciones, en el que se ha frustrado hasta el momento la posibilidad de bienestar para todos los seres humanos, y en el que se frustra la ciencia al permitir que concepciones vetustas pero vigentes nos paralicen y nos arrastren al límite de un desastre atómico, sin medida, sin excusa y sin mañana, la Laicidad es el único camino, y a su contenido metodológico y a su nombre evocador debemos aferramos”. “Ella no es una concepción perimida. Si la Laicidad Siglo XIX tuvo sus objetivos, la Laicidad Siglo XX tiene los suyos que son: en el plano de la inteligencia sustituir lo absoluto por lo relativo, lo inmutable por lo variable, la letra que mata por el espíritu qué salva”. Y agreguemos sustituir el fanatismo que ciega por la duda que descorre velos y especialmente por la RAZON que esclarece.”

Por Lorenzo Olivera

LAICIDADUn primer plano: religión

Las Instrucciones del año 13 componen el documento democrático de mayor calidad en la revolución de la América Hispana; y supongo que buena parte de esa superioridad se debe a dos elementos contingentes que se dieron al mismo tiempo: El ánimo optimista de Artigas, que con razón, se sentía ganador; y un poblado (la “ciudad” de Montevdeo) cuyo puerto, el mejor puerto de ultramar, estaba vinculado a la capital del virreinato y a Europa, pero sin la aristocracia porteña; al revés: habitado por gente sin soberbia. La intención de esta nota es modesta: leer artículos en las constituciones de los Estados Unidos de Norte América, cuyo conocimiento recién estrenaban nuestros revolucionarios, y comparar su contenido con las instrucciones del año trece. En el presente desarrollo, el tema a tratar es único: la religión.

  • LA CONSTITUCIÓN DE MASSACHUSETTS (2 de Marzo de 1780) dice: Nos, el Pueblo de Massachusetts, reconociendo de corazón, la bondad del Gran Legislador del Universo por proporcionarnos en el curso de su providencia, deliberada y pacíficamente, una oportunidad sin fraude, violencia o sorpresa, para entrar …a una Constitución de Gobierno…, implorando devotamente su dirección en un designio tan interesante, acordamos, ordenamos y establecemos la siguiente declaración de derechos: Toca al derecho, …y al deber de todos los hombres en sociedad, adorar públicamente, y en ocasiones determinadas, al Ser Supremo, el Gran Creador, y Preservador del Universo. El Gobernador será elegido anualmente; y ninguna persona será elegible para este Oficio, …sin profesar la Religión Cristiana. Cualquier persona que sea elegida como Gobernador o Teniente Gobernador, Consejero, Senador o Representantes, y que acepte el empleo, …hará y suscribirá la siguiente declaración: “Yo N. N. declaro que creo en la Religión Cristiana, y que estoy firmemente persuadido de su verdad.”Lo juro y Así me ayude Dios, … Cuando alguna persona elegida fuere de aquella secta llamada cuáqueros, y que evitare prestar dichos juramentos, hará su afirmación en la forma antecedente; suprmiendo las voces Yo juro, y abjuro, juramento y abjuración, en el primer juramento; y en el segundo las palabras juro y Así me ayude Dios; agregando en lugar de éstas: Esto lo hago so la pena y penalidades del perjurio.
  •  LA CONSTITUCIÓN DE PENSILVANIA 1790, dice: Que todos los hombres tienen un derecho natural e irrevocable para adorar a Dios Todopoderoso según le dicte su misma conciencia, y que ningún hombre puede ser compelido por derecho a asistir, erigir ni sostener algún lugar de adoración, ni a mantener algún ministerio eclesiástico contra su consentimiento; que ninguna autoridad humana puede en algún caso, cualquiera que sea, gobernar o intervenir en los derechos de conciencia, y que ninguna preferencia se dará jamás por ley a cualquiera establecimiento religioso, o modo de adoración. Que ninguna persona que reconozca la existencia de un Dios y una vida futura de gloria, y penas, será considerada incapaz, por causa de sus sentimientos religiosos, de tener algún oficio o empleo de confianza o provecho bajo de esta República.
  • LA INSTRUCCIÓN TERCERA, dice: “Se promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”

COMENTO: Los artículos de Massachusets son fanáticos; defienden con tenacidad desmedida una creencia determinada. Se niegan a admitir siquiera que pueda haber otras creencias. Y para el caso (que no nombran) de que haya otros creyentes. o ateos, o agnósticos, imponen una norma para situarlos sin excepción, fuera del gobierno y fuera del Estado. Y rematan la obstinación de su pensamiento abriendo una ínfima brecha a favor de los cuáqueros que también creían en el mismo Dios cristiano, pero se negaban torvamente a jurar y a tolerar el clero.

La redacción de Pensilvania es por momentos tolerante y contiene una frase luminosa: “ninguna autoridad humana puede en algún caso, cualquiera que sea, gobernar o intervenir en los derechos de conciencia”. Esta expresión es un punto de referencia; y la contra figura liberal del oscuro jacobinismo de Massachusets. Establece con certeza la incompatibilidad insalvable que media entre el ámbito del poder político y la recóndita conciencia humana, que se enfrenta a la metafísica, el más allá, el destino del hombre y su existencia pasajera, la muerte, la post vida, el tras mundo. Nada de esto está al alcance de la normativa jurídica que se limita a determinar las consecuencias de los actos (dado A, será B) o la creación de instituciones que tramitan in abstracto, obligaciones humanas y cumplimientos o no cumplimientos de lo prometido, todo a ras del suelo.

Conocidos los ejemplos de Massachusets y Pensilvania que figuran en el libro de Thomas Paine, los orientales de abril del año trece ( no se sabe cómo, ni porqué) dejaron de lado el modelo oscurantista, por medioeval; y el artículo estupendo de Pensilvania, un tanto verboso; y acuñaron una frase breve, programática, concisa, inigualable. La locución vincula notablemente dos libertades simultáneas la civil y la religiosa. Y de ahí, de ese punto clave, nace la fuerza de lo dicho.

¡Qué hubiera dado José Pedro Varela por conocer esa junta programada, que despeja el sentido de la laicidad!: el Poder del Estado se cuidará de no intervenir en el fuero de la conciencia. El Estado se aparta: ¡A ustedes! como ordena el árbitro de un duelo, cuando el lance empieza. Y en esa soltura y soledad, cada sujeto ejercerá una segunda liberación; será dueño de elegir la fe que quiere. Einstein, el científico moderno más admirable, dice que no tiene religión pero que el Universo no puede haberse creado sin intervención de una inteligencia superior; duda.

Don Pepe Batlle es un buen ejemplo de agnóstico inconforme. Cuando muy joven se creyó poeta y compuso poemas sobre el espíritu y su destino. Recuerdo conversaciones con un jesuita inolvidable, Juan Luis Segundo. El día que nos conocimos me elogiaba a Batlle y la separación entre el Estado y la Iglesia. “Ganaron los dos, cada uno en lo suyo.” Y yo agrego: en ambos campos, debe entronizarse la libertad, que está en la esencia de lo humano.

La cláusula 3 de los orientales, atiende a la percepción profunda de lo que es el otro, cada persona. Otorga a todos la dignidad de cada uno, el despliegue de un espíritu capaz de adueñarse de su tiempo. La libertad civil para gozar la vida y al mismo tiempo la libertad de salir del mundo creyendo, fijado a una fe en toda su extensión imaginable, sea la que sea; basta que la libertad le traiga alivio al condenado a pensar que nació para desaparecer. La esperanza trascendente, solo la pueden ofrecer las humanidades; ellas atenúan la desesperación del desolado sentimiento trágico.

Nietzche se sorprende: el hombre es el único que puede prometer. Y de promesas, vive. La cláusula tercera de las instrucciones es notable porque beneficia la esperanza; repara la soledad ante la nada. Parece traída del cielo; alivia. Tiene hasta el encanto de un último misterio. No se sabrá nunca, quien la inventó. Pero está hecha a favor del entendimiento, en los dos sentidos de la palabra. Es un disolvente de fanáticos, sean ateos o creyentes. Está en contra de una de las lacras, de la cual no puede librarse el mundo: los cazadores de brujas, los fundamentalistas, los ideologizados clavados en su vieja idea.

CARLOS MAGGI
abogado, escritor, periodista.

Carlos Maggi 

MANUSCRITO EMOTIVO: así son las “Instrucciones del Año XIII”, uno de los originales del Congreso de Tres Cruces. “Instrucciones que se dieron a los representantes del Pueblo Oriental para el desempeño de su encargo en la Asamblea Constituyente fijada en la ciudad de Buenos Aires”. Al pie de los 20 artículos que lo componen, luce: “Es copia”, acompañada de la firma de José Artigas. Click para leer la nota.

estado laico

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3 comentarios sobre “Laicismo nuestro que te van olvidando

  1. Laico si…pero con sus ciudadanos capaces de ejercer la libertad » civil y religiosa en toda su extensión imaginbale» para aquellos que quieran protegerse de la masificación del hombre oveja moderno, de su desarraigo, de su igualitarismo atroz nivelador hacia abajo-que no a luchar por la diferenciación arriba en el mundo del esfuerzo y de los talentos-;para poder recomponer y restaurar la discriminación positiva que fundamenta y estimula al que quiere crecer en areté y no lo desprecien por diferente la mediocridad imperante;para defender el uso del idioma, forma de expresar el pensamiento que mal hablando mal se piensa.

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